El film nos sitúa en los últimos meses de vida del régimen de Adolf Hitler, en Diciembre de 1944. El régimen está acabado, pero el día de año nuevo, el Führer (Helge Schneider) tiene que dar un discurso en un Berlín totalmente destrozado, frente a millones de personas, para alzar el espíritu de las masas, y aparentar que todavía no está acabado. Sin embargo, el Führer está totalmente depresivo y enfermo. Curiosamente quién le ayudará en dicha labor para hacer creer al pueblo su fuerza, será un judío, antiguo profesor de interpretación Grünbaum (Ulrich Mühe, el cual murió poco tiempo después de cáncer).
Viendo lo visto, últimamente casi todo lo que nos llega de Alemania a nuestras pantallas tiene que ver con la temática del Régimen de Hitler.
Nos encontramos con una comedia, de corta duración (95 minutos) la cual va mejorando por momentos, no llegando a ser una película para cinéfilos, pero si para pasar un buen rato, en la que se nos muestra la decadencia de un régimen, y como se intenta a toda costa que el pueblo no descubra la gran mentira.Es de resaltar la parte “tierna” que se nos muestra de Hitler, y fielmente histórico o no, se retrata su pasado plagado de malos tratos por parte de su padre Judío, y la inestabilidad emocional del mismo.
Viendo la película, se me vino a la memoria una comedia española de hace varios años, sobre los últimos días de Franco, llamada “Buen viaje excelencia”, que pasó sin pena ni gloria, la cual también recomiendo.
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